Hace unos cuantos meses, en un programa de radio hablaba de la generación de la crisis, los que vimos el fin del Puerto Rico exitoso, y nos ha tocado vivir el comienzo del ocaso. Somos la generación fronteriza, entre dos realidades contrapuestas, viviendo en la contradicción del país que pudo ser, pero no fue. Para mi generación las fábricas 936 se fueron en el 1996, y en el 2005, nos explotó la crisis que hoy perdura. Nosotros, hemos visto la deuda llevarnos a la quiebra, pero también vivimos mortificados porque posiblemente, seremos la primera generación que dejará endeudada a la próxima. La deuda pública per cápita es de $20,000, cifra muy cercana al ingreso promedio familiar.
Sin embargo, nuestra generación tiene la dicha y la gran oportunidad histórica de reinventar el futuro económico, de construir un nuevo paradigma. Gradualmente, veo como germina una nueva clase de empresarios, dispuestos a innovar, a construir soluciones y empresas exitosas dentro de la gran adversidad en la que vivimos. Con mi generación coexiste otro grupo generacional más joven, conocido como los “’milenios”, que son más atrevidos aún, y están revolucionando muchas de las normas sociales y económicas del viejo Puerto Rico. La tecnología, la innovación, y asumir riesgos sin mucho cálculo, caracterizan el ambiente en el que las que los nuevos empresarios de la Isla post-quiebra operan.
La economía del cannabis
En esa búsqueda de nuevas vías económicas para reconstruir a la Isla, surgen nuevas industrias, alejadas de los conceptos productivos del Puerto Rico previo al colapso. Así surgen por ejemplo industrias nuevas como el cannabis medicinal, algo impensable hace poco tiempo atrás. La creación de una política pública para masificar el uso medicinal de la marihuana ha roto reglas sociales y religiosas, abriendo paso para nuevas formas de curar enfermedades a la misma vez que crea nuevas fuentes de actividad económica. Gradualmente se caen los prejuicios en torno al cannabis dentro de una sociedad conservadora y religiosa.
Los nuevos empresarios de los “food trucks”
La gastronomía asume un nuevo giro empresarial y se abre paso gracias a los famosos “food trucks”. En una economía donde hay menos gente con dinero para ir a restaurantes caros y finos, emerge una nueva clientela, dispuesta a comer en un ambiente más relax, sin necesidad de sacrificar calidad. Los “food trucks” proliferan por cada esquina, con todo tipo de comida creando un interesante eco-sistema gastronómico vibrante y en crecimiento. En los municipios del centro de la Isla, proliferan los “chinchorros”, que han creado una nueva experiencia culinaria.
La criptomoneda y la revolución monetaria digital
De la mano de empresarios del exterior llegó a la isla la tecnología del “block chain” base tecnológica de las monedas virtuales. La transición hacia la moneda digital ya comenzó es irreversible, y Puerto Rico se convierte en potencial “hub” para esta nueva era, por los incentivos contributivos de las leyes 20 y 22, y la infraestructura tecnológica. Empresarios locales ya comienza a incursionar en este mercado emergente, en el cual se proyecta a la Isla como un posible centro de criptomonedas global.
En adición a estos tres ejemplos, hay muchas más industrias como la agricultura orgánica, el desarrollo de software, los Air B&B’s y el desarrollo de servicios profesionales exportables, entre otros. No hemos resuelto el gran dilema del nuevo modelo económico, pero poco a poco surgen piezas nuevas de lo que será la nueva economía post-quiebra.
