Los retos de financiar la reconstrucción de Puerto Rico

El presidente de los Estados Unidos vino ayer, por espacio de cinco horas, y todo se redujo a un espectáculo mediático. No hubo sustancia, y tampoco hubo compromisos del primer mandatario hacia como financiar la reconstrucción de la Isla. Solo dijo que la deuda completa de la Isla debería ser eliminada y que la crisis de Puerto Rico puede impactar el presupuesto de la nación. Así las cosas, sigue la interrogante de dónde y cómo saldrá de la reconstrucción de la Isla.
 
Nuestros estimados preliminares apuntan el costo directo sobre la economía entre $40,000 y $50,000 millones, y pudiera ascender si no se logran normalizar los abastos de combustible a los hospitales, centros de producción, comercios, y no se logra reestablecer la totalidad de las telecomunicaciones. A raíz del impacto, hemos estimado una posible contracción de hasta 10% en la economía para el año 2017-2018, mucho más que la contracción original de -4%.
 

La pérdida de infraestructura física y productiva, de residencias, de comercios, así como el disloque de la actividad económica de toda la Isla, por un tiempo prolongado de tiempo, representan lo que los economistas llamamos un “shock”, externo al sistema.
Amplios sectores productivos fueron afectados, como la agricultura, fábricas, comercios, hoteles, la banca, los centros educativos y los hospitales, lo que plantea serios retos para el funcionamiento de la economía en el corto plazo. Los trabajos de reconstrucción y normalización de las cosas tomarán al menos entre 6 a 12 meses.
 
 

No olvidemos que Puerto Rico es sede de más de 25 establecimientos de manufactura de medicamentos de alcance global, y desde la Isla se exportan 48,000 millones en medicinas al resto del mundo. Importantes empresas multinacionales tienen aquí operaciones estratégicas para suplir a otras plantas y a mercados globales.
 

El financiamiento de la reconstrucción
 

Mientras aún continúan las labores de rescate, unas de las interrogantes sobre la rapidez en la que saldremos del hoyo, es precisamente cómo y quién financiara la reconstrucción de Puerto Rico. Como señalé al principio, el gobierno de la Isla se encuentra totalmente insolvente, con una deuda sin fuente de repago cercana a $110,000 millones, si se incluyen los sistemas de pensiones del gobierno.
 

En febrero del 2014, el crédito del gobierno fue degradado y perdimos accesos a los mercados de capital, por lo tanto, no hay mecanismos de financiamiento, al menos mientras el gobierno esté en quiebra bajo la Ley PROMESA.
 

Así las cosas, más allá del dinero que enviará FEMA, la Junta Fiscal, el Congreso y el Departamento del Tesoro Federal, junto con el gobierno local, deberán idear algún mecanismo que viabilice dinero nuevo para reconstruir la infraestructura e inversión para reactivar la economía. Hemos estimado que Puerto Rico necesitarán al menos una inyección de $60,000 millones en un período de 36 meses, para levantar la economía.
 

Hasta el momento, los acreedores han guardado silencio, más allá de Paul Ryan, y otras figuras como Marcos Rubio, y Nancy Pelosi, no ha habido una expresión clara del Congreso sobre un paquete de ayuda para la Isla. El presidente Donald Trump tampoco parece estar muy claro de cómo va a ayudar a Puerto Rico.
 

En fin, el huracán María nos impone la ardua tarea de comenzar desde cero, y unir voluntades como nuca antes, para construir un nuevo y mejor Puerto Rico.