El plan de todos los puertorriqueños

Ayer terminó una larga espera en torno a la suerte del plan fiscal propuesto por el Gobernador de Puerto Rico, Dr. Ricardo Rosselló a la Junta de Supervisión Fiscal (JSF).  Luego 72 horas, de intensas negociaciones, entre los asesores del gobierno y la JSF, fue aprobado por los miembros del ente supervisor avalaron las enmiendas sometidas por el equipo fiscal de la administración. En síntesis, el gobierno pudo demostrarle a la JSF que su plan es creíble y viable, capaz de eliminar el déficit de $7,000 millones, y sanear las finanzas públicas.


Esta aprobación ocurrió sujeto a enmiendas sometidas por el gobierno, de producir $200 millones adicionales en nuevos ingresos, y la posibilidad de reducir la jornada laboral en un 20%, la eliminación total del bono de navidad a los empleados públicos, y reducir por un 10% las pensiones de los jubilados del gobierno.  Posiblemente hay otras enmiendas que aún no se han hecho públicas, que fueron claves para este desenlace.
 
Sin lugar a dudas, lo que ha ocurrido, aunque es duro, obligará al gobierno a tomar decisiones fuertes, y debe servir para auto-convocarnos todos a trabajar para asegurar la implementación efectiva del plan.
 
En treinta días, se debe acordar medidas para reformar el sistema de pensiones públicos, en o antes del abril 30, el gobierno tiene que presentar el presupuesto para el próximo año fiscal.  En este presupuesto nuevo se debe evidenciar los $200 millones en ahorros, en detalles.  El primero de julio, comenzaría la reducción de la jornada laboral, si el gobierno es incapaz de producir los ahorros adicionales.
 
En julio primero del 2017, con el nuevo presupuesto (2017-18), comienza la reducción presupuestaria de la Universidad de Puerto Rico y los cambios en el gasto en los servicios de salud. Mientras que, en enero de 2018, comenzaría la reducción en los subsidios a los municipios.  Como ha quedado el plan se persigue mitigar lo más posible, los efectos económicos y sociales, y evitar un disloque mayor en todo el sistema productivo.
 
Contrario a la demonización que algunos sectores de la sociedad han querido proyectar, la JSF ha demostrado flexibilidad y razonabilidad, mientras que el gobierno demostró una actitud valiente y reformista, atemperada a los retos inminentes que tendrá la Isla de cara a la implementación del plan fiscal.
 
Sin embargo, el reto mayor comienza ahora. El éxito de la agenda reformista aprobada, va a depender de la madurez y la voluntad colectiva para implementarlas.  Más que reclamar un logro político, invito a utilizar los acuerdos alcanzados entre el gobierno y la JSF, para construir una gran alianza puertorriqueña que permita no solo superar los retos fiscales, sino viabilizar un proyecto de recuperación económica.
 
La tragedia fiscal que hemos vivido como pueblo, durante la última década y los sacrificios que nos exige ahora la nueva ruta trazada, deben servir como un aprendizaje colectivo, para no volver a repetirlos jamás.  De cara al futuro, nos toca ahora reconstruir fiscal y económicamente al país, poner el alto el canibalismo político, y abrazar una nueva cultura de solidaridad colectiva.
 
Con respeto, invito a construir una nueva forma de gobernar, de hacer política y de utilizar con disciplina los escasos recursos públicos. Dentro de las grandes limitaciones locales e internacionales, debemos diseñar un nuevo proyecto de desarrollo económico.  Sigo pensando con un mejor país es posible, pero va depender exclusivamente de nosotros, de nadie más.