Un Impuesto Excesivamente Alto y No Rentable: El Caso de la Contribución sobre Ingresos a Corporaciones

Por: Emanuelle Alemar, miembro de la Asociación de Estudiantes de Economía
 
Cuando se habla de reforma contributiva, esto concierne a los impuestos que establece el gobierno para generar ingresos y de esa forma financiar sus gastos operacionales, servicios sociales e infraestructura.  Dependiendo de cuan altos o bajos sean las tasas de impuestos en un país, los ingresos que el gobierno recibe por parte de estos impuestos se maximizaran o se minimizaran.  Pero estos ingresos no dependerán meramente de las tasas, sino también de la robustez económica de los que pagan dichas tasas de impuestos.


Ya que no sirve de nada que las tasas de impuestos sean altas si los que pagan dichas tasas de impuestos no generan ingreso para pagarlas. Por lo que en una economía en depresión como la de Puerto Rico, que lleva más de 10 años sin reflejar una tendencia de crecimiento en su producto nacional bruto a precios constantes con excepción del año 2012, los recaudos del gobierno no aumentaran a medida que se aumenten los impuestos, sino que en todo caso se pueden contraer, y eso precisamente es lo que ha ocurrido.  Luego de sobre 100 nuevos impuestos desde el 2006, la base contributiva no se ha expandido, sino que se han contraído los ingresos del gobierno.
 
En una economía como la de Puerto Rico, los recaudos no serán maximizados si se aumenta la tasa de impuestos, ya que existe un límite de inflexión contributiva que determinara el nivel de respuesta del contribuyente a dicho impuesto.  Si la tasa se estipula muy alta, el contribuyente responderá de forma negativa, ya que al no haber incentivo para producir y consumir por causa del aumento en la carga contributiva, este procederá a esconder su salario para no pagar contribuciones sobre el mismo.  Esto último explica gran parte de la expansión de la economía subterránea en los últimos años.  De la otra forma que podría responder el contribuyente es emigrando a un lugar donde pague menos impuestos, lo cual explica también gran parte del problema de emigración masiva que actualmente enfrentamos en la isla, ya que más de 400,000 personas emigraron hacia los estados entre el 2006 y el 2015.
 
Hay un caso bastante particular y es el caso de la contribución sobre ingresos a las corporaciones, el cual reseña un patrón bien interesante.  En Puerto Rico se impone actualmente una de las tasas de contribución sobre ingresos retenida de corporaciones más altas a nivel global.  La tasa marginal más alta sobre ingresos retenida de corporaciones se estipula actualmente a un 39%, mientras que los recaudos de esa contribución no sobrepasan los $1,700 millones en promedio.
 
Solo un país estipula una tasa de contribución sobre ingresos de las corporaciones más alta a la estipulada actualmente en Puerto Rico, siendo este los Emiratos Árabes (55%)[1].  En otros países igual o más pequeños que Puerto Rico en cuestión de expansión territorial, y buscando maximizar sus recaudos, el gobierno ha estipulado tasas óptimas que han generado sobrantes presupuestarios substanciales.  Por instancia, tomemos el ejemplo de Singapur, un país 8 veces más pequeño que Puerto Rico en cuestión de expansión territorial.
 
La política contributiva de Singapur es una de las más flexibles a nivel global. En lo que consta la tasa marginal de contribución sobre ingresos corporativos, y a diferencia del gobierno de Puerto Rico, el gobierno singapurense la estipula a un 17%.  En el 2014, año en el cual el gobierno de Puerto Rico casi alcanza la cifra más alta desde el 2006 en lo que corresponde recaudos provenientes de dicho impuesto, recaudando unos $1,914 millones en total[2], el gobierno singapurense allego $9,720 millones provenientes de este impuesto[3].  Es decir, a una tasa casi dos veces más baja, el gobierno singapurense recaudo más que el gobierno de Puerto Rico a razón de 400%.
 
Para el año fiscal 2013, el fondo general del gobierno singapurense recibió un ingreso de $42.2 billones, mientras que del mismo se utilizaron $38.5 billones, lo que consta un sobrante presupuestario aproximado de unos $3.7 billones. Si esto le impresiona, alternemos por un momento nuestra mirada al panorama fiscal del año 2013 para Puerto Rico.  Mientras que el gobierno singapurense recaudo $42 billones en el 2013 mediante una de las cargas contributivas más bajas a nivel global, el gobierno de Puerto Rico no sobrepaso los $9 billones en recaudos mediante una carga contributiva caracterizada por ser de dos a tres veces mayor que la  impuesta en Singapur[4].  La tasa marginal de contribución sobre ingresos retenida de corporaciones en Singapur ha sido ajustada en 3 ocasiones desde el 2007.
 
En el 2008, y luego de que se redujera la tasa marginal a razón de 2 puntos porcentuales, es decir, de 20% a 18%, los recaudos aumentaron a razón de $1,303 millones, para luego disminuir a razón de $1,003 millones en el año fiscal. En el 2010, y luego de que la tasa marginal fuese reducida nuevamente a 17%, los recaudos aumentaron a razón de $1,410 millones, totalizando así $12,096.30 mil millones. Entre el 2011 y el 2015, y mientras la tasa permanecía estable en 17%, los recaudos continuaron en aumento y generando superávits que compensaban las diferencias negativas de los años anteriores.  Entre el 2014 y 2015, los recaudos totalizaron 13,136.90 millones y 13,480 millones respectivamente, generando de esa forma un superávit de $1,111 millones luego de compensar la diferencia negativa de $142 millones dada entre el 2012 y el 2013.
 
En el caso de Puerto Rico, la tasa marginal de contribución sobre ingresos retenida de corporaciones en Puerto Rico se mantuvo constante en 39% hasta el año 2013, cuando fue reducida a un 30% como consecuencia de la aprobación en el 2011 de una nueva versión del Código de Rentas Internas, conocido como el “Código de Rentas Internas para un Nuevo Puerto Rico”.
 
La tasa marginal se mantuvo en 30% por un periodo de dos años fiscales (2013-2014), antes de ser reajustada a 39% en el año fiscal 2015.  En el año fiscal 2012, los recaudos provenientes de dicho impuesto totalizaron $1,460.4 millones.  En el año fiscal 2013, y luego de que la tasa marginal fuera reducida a 30%, los recaudos disminuyeron a razón de $174 millones, y totalizando $1286.5 millones para ese periodo.  En el año fiscal 2014, con la tasa marginal aun en 30%, los recaudos aumentaron a razón de $627.8 millones, totalizando $1,914.3 mil millones para ese periodo, lo que representa una diferencia “year-over-year” dos veces más alta que la del 2010, la más alta desde el 2007.  En el año fiscal 2015, y luego de que la tasa fuera reajustada en 39%, los recaudos disminuyeron a razón de $178 millones, totalizando $1,735.8 mil millones para ese periodo.
 
La actual política contributiva de Singapur ha sido sometida a un sinnúmero de ajustes en aras de maximizar los recaudos mediante la reducción de la misma, lo que ha incentivado la expansión del comercio local. Esto ha resultado en un patrón de crecimiento constante, el cual se ha reflejado en la reducción de la inflación, los precios y el desempleo, y por ende, la pobreza en términos generales.  La actual política contributiva de Puerto Rico ha carecido de ajustes significativos en los últimos años. Cuando se redujo a 30% por primera vez en el 2013 y se extendió hasta el año fiscal 2014, genero un superávit de $514 millones luego de compensar la diferencia negativa de $174 millones entre el 2012 y el 2013 como consecuencia del incentivo que se le proporciono al comerciante local en aras de que este redujera sus precios y de esta manera se crearan empleos.
 
Se podrá argumentar en contra de estas cifras planteando que la población de Singapur sobrepasa a la de Puerto Rico por un margen de sobre 2 millones de habitantes, pero, ¿no será porque, a diferencia del gobierno puertorriqueño, la jurisdicción singapurense incentiva a sus habitantes a no emigrar, sino a quedarse en el país, motivados en gran manera por una de las cargas contributivas más bajas a nivel global? En conclusión, es necesario un cambio en la actual política contributiva. Se debe adoptar una política contributiva que incentive la inversión privada local para así reinstituir un nivel de confianza apropiado entre el sector privado y el sector público. De no adoptarse esta última, el patrón de minimización de recaudos continuará a la vez que el comercio local se seguirá deteriorando.
 
[1] http://www.tradingeconomics.com/country-list/corporate-tax-rate
 
[2] http://www.hacienda.pr.gov/sites/default/files/serie_ingreso_netos_fondo_general_2004-15_3.pdf
 
[3] http://www.singstat.gov.sg/statistics/browse-by-theme/public-finance
 
[4] http://www.singaporebudget.gov.sg/budget_2015/RevenueandExpenditure.aspx