En tiempos de crisis, los países usualmente se crecen. En condiciones adecuadas, surge un espíritu valiente y creativo de todos los sectores sociales para enfrentar con efectividad la adversidad. Puerto Rico va camino a enfrentar decisiones que puede definir nuestro destino durante las próximas décadas.
Ante el hecho claro, pero lamentable, de que la clase política ha demostrado poca voluntad para el sacrificio, para guiarnos por el camino correcto, nos va a tocar al resto de la sociedad diseñar y ejecutar el plan para salir de nuestra peor crisis en tiempos modernos.
A continuación, exponemos los retos inmediatos que enfrenta Puerto Rico y las oportunidades que está a nuestro alcance para encarrilar a la Isla hacia la estabilidad, y luego al crecimiento económico.
Retos inmediatos
En el corto plazo, la falta de liquidez del gobierno, la emigración de profesionales y la caída en espiral de la economía, son los principales desafíos que tendremos que enfrentar. También, visualizo como un reto fundamental, la manera en que se integrará el andamiaje de gobierno junto con la estructura paralela de poder, que representa la Junta de Supervisión Fiscal (JSF). El éxito de la implementación de las reformas, que claramente ha delineado el nuevo ente supervisor de las finanzas gubernamentales, dependerá de que la nueva administración y las fuerzas políticas y civiles, puedan trabajar en estrecha coordinación.
Así las cosas, el 2017 será también el año en el que se pondrá a prueba la madurez política e institucional de nuestro sistema, y ver si es capaz de evolucionar a la nueva realidad que representa PROMESA. Ha quedado bien claro, que las reformas institucionales, fiscales y económicas son impostergables, y que tendremos que enfrentar los costos que las mismas generarán en el corto plazo.
Pensiones del gobierno y la quiebra del sistema de salud
En el corto plazo, los retos más inmediatos son la casi insolvencia del sistema de pensiones del gobierno central y maestros, y el fin del dinero para financiar el programa de salud del gobierno. Ambos eventos juntos, representan una especie de tormenta perfecta.
Otro reto es el cambio en la política contributiva del gobierno federal que puede cambiar las reglas de juego a las empresas multinacionales que operan en la Isla como entidades foráneas controladas. Si los cambios convierten a las empresas domesticas para efectos contributivos del IRS, lo que implica pagar tasas impositivas más altas, entonces, Puerto Rico perderá un importante factor de competitividad.
Oportunidades
El hecho de que el Congreso no vislumbra proveer herramientas para atraer nueva inversión, demandará un alto grado de creatividad del sector empresarial local, para mover la economía por el lado de la inversión y la producción.
Alianzas público-privadas
El área de mayor oportunidad, está en el desarrollo de alianzas público-privadas para (APP) en el área de la infraestructura. El sistema energético, las carreteras y los embalses de agua, necesitan una inversión combinada de $10,000 millones, para traerlas al sigo 21, y que puedan apoyar el proceso de recuperación.
Por otro lado, el sector privado y el gobierno deben trabajar de forma coordinada en la promoción de la Isla en el exterior, y en el corto plazo, enfocar los esfuerzos en rehabilitar la lacerada credibilidad de la Isla en la comunidad internacional de negocios. Es indispensable definir una hoja de ruta para darle apoyo a los sectores productivos altamente viables, como lo son la manufactura aeroespacial, la informática, la exportación, los servicios profesionales, la agricultura y el turismo.
Impulso al turismo
En este último renglón, ya la nueva administración, envió un proyecto a la Legislatura (P. de la C. 004), para crear el Destination Marketing Organization (DMO) y encargarle a un ente privado, la promoción de la Isla como destino turístico. Lo que representa un cambio de enfoque para este sector, que según un estudio de Inteligencia Económica Inc. puede ofrecer mucho al proceso de recuperación.
Espacio al sector privado
Un proyecto de ley presentado recientemente, el P. de la C. 001, conocido por “Puerto Rico Enterprise”, le delega al sector privado el espacio para liderar el mercadeo de la Isla como destino de inversión. Esta legislación que se encamina a convertirse en ley, crea un marco de colaboración para que gobierno y sector privado, trabajen de forma coordinada en la proyección de Puerto Rico como destino para la inversión. Si se implementa de forma efectiva, este modelo le dará estabilidad a la promoción de la economía, lo cual ayudará a atraer nueva inversión.
